La experiencia que voy a contar ocurrió en el año 2020. Una amiga cercana, tras dejar un puesto de trabajo para mejorar en su vida profesional, hizo y superó una entrevista en otra empresa para ocupar un puesto de lo que ella había estudiado. Fue contratada y al poco tiempo se quedó embarazada. Tras sufrir los primeros síntomas que este hecho conlleva, lo tuvo que comunicar a algunas compañeras de trabajo puesto que su malestar era visible, teniendo que ausentarse de su puesto en algún momento debido a su malestar. También se lo comunicó a su jefe para que estuviera al tanto. El día inmediatamente posterior al anuncio de la que para ella era una noticia de la que creía que no sufriría ninguna consecuencia, fue reunida en el despacho de jefatura donde se le explicó que sería su último día en la oficina. El jefe nunca mencionó este hecho causante. Le dijo, con carácter firme y tajante, que no reunía las condiciones para el puesto y que por lo tanto no daba el perfil. Con tal comportamiento, ella no le pudo ni siquiera demostrar su disgusto ni su desacuerdo ante tal injusticia.
Este ejemplo se trata claramente de un tipo de discriminación directa por razón de sexo ya que por el hecho de ser mujer, ha recibido un trato desfavorable con respecto al otro sexo. El despido por embarazo es totalmente ilegal puesto que se ven violados y vulnerados los derechos fundamentales de la mujer trabajadora.
Desde mi opinión, considero que para acabar con esta práctica, se debería impulsar un cambio de cultura empresarial para que se minimicen los prejuicios y se de el mismo valor tanto a las mujeres como a los hombres y que se considere el plan de igualdad como algo positivo y estratégico. También se debe concienciar a las empresas sobre la importancia de tratar de forma igualitaria a todos los empleados y fomentar una formación inclusiva y respetuosa.
También se pueden poner en marcha acciones especiales orientadas a remover los obstáculos que impiden y dificultan a las mujeres participar en igualdad de condiciones en cualquier ámbito.
Otras de las medidas para evitar esta discriminación sería que todas las mujeres trabajadoras que sufran este hecho, sepan que tienen el derecho de denunciar tanto dentro de la empresa como fuera de ella puesto que el despido por este motivo es considerado nulo, debiendo el empresario readmitir a la mujer trabajadora de nuevo en la empresa.
Como conclusión, las mujeres embarazadas deben saber que cuentan con una serie de derechos y garantías laborales que buscan proteger su situación y la de su futuro hijo. Estar embarazada no es motivo suficiente para proceder a un despido, y si se produce, es muy importante conocer los derechos y recurrir a un abogado laboralista para impugnar el despido si es necesario.
En la actualidad se siguen dando casos de discriminación a diario y es por ello que la sociedad debe tomar conciencia de lo mucho que queda por hacer para que todos seamos tratados por igual.
Para realizar este trabajo he consultado algunas referencias en internet.
Google,
Ley Orgánica 3/2077, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres,
Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación.
Gracias por esta entrada me ha recordado a otra amiga mía que sufrió lo mismo. Importante compartirlo.
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